jueves, 24 de abril de 2008

Percepciones

Siempre me pregunto si soy el único que encuentra un verdadero placer en ver una puesta de sol o si soy el único que se puede quedar absorto observando el singular vuelo de un colibrí.
La pregunta recurrente a quién está a mi lado en ese momento es: "¿viste? ¿maravilloso, verdad?" y la respuesta inmediata, horrendamente obvia, vacía y desinteresada es: "si, si lo vi".

Pensaba que quizás no había logrado evolucionar aquellos éxtasis que uno tiene cuando es niño al contemplar la naturaleza y la vida; o que quizás sea una auto exigencia de volver a sentirme niño, obligándome a sentir esas fascinaciones. Quizás ambas opciones son en parte ciertas y en parte no.

He logrado encontrar entre mis amigos, los amigos de mis amigos y la gente que se me cruza en por la vida, que algunos de ellos son muy sensibles al percibir la naturaleza, pero lo que me parece extraño , es que solo es un pequeño puñado de gente.

Probablemente se deba a que todos andan entrampados con las preocupaciones del trabajo, o el cómo sacar la familia adelante, la liga de campeones y demás recurrencias normales de este tiempo. También es probable que el ser humano haya empezado a desorientar el rumbo de la vida y nos estemos deshumanizando, convirtiéndonos en "entes generadores de riquezas" (ya sean para uno mismo o para otros), o "entes acumuladores de soledades".

De cualquier forma, la respuesta - vacía y obvia - me sigue hincando en lo más profundo de mi alma y no me da gana de seguir planteándola. ¿Por qué cubrir de nubes una bella y despejada tarde de sol?, creo que en adelante, preferiré comportarme como un verdadero egoísta y guardaré los mágicos colores y sonidos del universo para mi solo.

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